1: EL RECUERDO Y LA
MELANCOLIA
El
asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948 ha sido considerado por muchos como el
hecho que partió en dos la historia de Colombia. La furia del pueblo, que el tanto decía encarnar, se reflejo en las
enormes manifestaciones que destruyeron parte de la capital, incluyendo el
palacio arzobispal. Pero las calles,
edificios y personas del común no fueron los únicos afectados. Según un reporte
unos 22 miembros del ejército colombiano murieron durante los sucesos del 9 de
abril, forma en la cual fueron llamados por la prensa de ese entonces.
Posteriormente, la población de la capital, sin mencionar otras figuras del
liberalismo, y sindicalistas estuvieron presentes mientras se escuchaban los
discursos de los oradores designados en el Parque Nacional el día 20 de ese mes
a las 11 de la mañana, aunque el entierro había sido previsto originalmente
para el día 12.
No
podían faltar en esos momentos la esposa del “caudillo” doña Amparo Jaramillo
de Gaitán y su hija Gloria. Al final desfilaron hasta su lugar de reposo, donde
Carlos Lleras Restrepo, quien ocuparía la silla presidencial casi 20 años
después, dio las oraciones fúnebres requeridas.
Como dato curioso los días anteriores la viuda del doctor Gaitán había
declarado que no realizaría el entierro hasta que no se produjera un cambio de
gobierno. Al mismo tiempo consideraba
que su esposo había sido asesinado por el gobierno conservador con la
colaboración de ciertos liberales.
¿Y
sobre el lugar de entierro? Tras varias
negociaciones los liberales llegaron a un acuerdo con doña Amparo. Ofrecieron
comprar la casa de Gaitán y convertirla en un monumento nacional, y
eventualmente en un gran museo para el pueblo. La viuda del doctor Gaitán
aceptó esta propuesta tras recordar que Franklin Roosevelt había sido enterrado
en el jardín de su residencia. Al final también retiró sus exigencias su
exigencia de la renuncia del presidente Ospina Pérez. Hay que considerar
también el pragmatismo de esta decisión. El centro de Bogotá, donde la
muchedumbre había provocado la mayor destrucción, se encontraba fuertemente
acordonado por el ejército. Bajo este panorama, y considerando la aun fresca
ira del pueblo, se sobre entiende que enterrar a Gaitán a la vista del Palacio
Presidencial habría sido una invitación a un motín incluso más pavoroso que el
primero.
A
pesar de que estos eventos aun hoy son recordados como “El Bogotazo” el dolor, el resentimiento y el recuerdo del
caudillo llegaron a gran parte del territorio nacional a las pocas horas de
haberse producido el magnicidio. La ciudad blanca de Popayán tampoco pudo escapar a todos esos
sentimientos. La multitud que se reunió en el Parque Caldas, entre
estudiantes, trabajadores y mujeres, no
dio absolutamente ninguna importancia a la fuerte lluvia que caía ese viernes
si eso significaba solidarizarse con el “sacrificio”, como lo expresa el
periódico de la capital caucana El Liberal, del hasta ese momento esperanza
del pueblo colombiano.
Si
pudiésemos pensar en un elemento influyente este fue el alcohol ya que, según
los informes, fue este lo que dejo entrar “el mal” en la multitud llevándola a
enfrentar a las autoridades. Esa misma multitud enardecida, al menos en ese
momento, parecía estar desamparada
por el gobierno local ya que el gobernador de ese entonces, Edgar Simmonds
Pardo, se encontraba en la ciudad de Cali. No fue hasta las 11:00 pm que
finalmente llego Popayán. El mismo gobierno caucano se solidarizara con la
memoria del líder liberal a quien se referían como “un hijo de la patria”, “extraordinario
orador”, “verdadero político” y “estudiante insuperable”. La memoria del doctor
Gaitán así como la indignación por su asesinato no se limito únicamente a la
ciudad blanca del Cauca. El Directorio Liberal Municipal de Caldono expresando,
según la prensa, el sentimiento liberal de todo el municipio considero:
1:
Que el día 9 de abril de 1948 fue alevosa y vilmente asesinato el ilustre
hombre público y Jefe del Partido Liberal Jorge Eliecer Gaitán, gran repúblico
y capitán de la democracia.
2:
Que el preclaro Jefe del partido fue apóstol irremplazable de la democracia, no
solo en Colombia, sino también de toda la América Latina, y que su muerte
enluta a todos los buenos hijos de Colombia.
3.
Que la patria y el liberalismo han perdido con la muerte de tan Galardonado y
agragio conductor al más predilecto de sus hijos, dejando el corazón de todos
sus admiradores y un vacio inllevable.
El Liberal
24 de abril de 1948.
Los
mismos liberales de este municipio se encargarían de vender fotos del “caudillo”,
demostrando una vez más como hasta en la muerte Jorge Eliecer Gaitán era una
gran influencia dentro de las filas liberales colombianas.
2 ¿QUIÉN ERA JORGE ELIECER
GAITAN?
¿Quien fue este hombre cuya
muerte encendió la furia de la población colombiana incluso más allá de la
capital nacional? Gaitán, como si estuviera
presagiando su muerte ya advertía “si me matan, el país se vuelca y las
aguas demoraran 50 años en regresar a su vida normal.” Sus frases todavía hoy
retumban como también las de los próceres de la independencia. Algunos
coinciden que la muerte de este personaje dividió la historia de nuestro país;
como hay un antes y un después del nacimiento de Cristo, para varios escritores
existe un antes y un después de la muerte de Gaitán. Quizás no sea exagerada ésta
idea, ya que Gaitán representaba las esperanzas de varios grupos como los
obreros, desposeídos y las mujeres. Todos estos estaban excluidos del escenario
político y siguieron la figura del líder
liberal generando un movimiento de masas quizás por sentirse identificados con
alguien que hacía parte de ellos.
Padres de Jorge Eliecer Gaitán |
Gaitán provenía de extracciones humildes; su padre era Don Eliecer
Gaitán un vendedor de libros y su madre Doña Manuela Ayala cuya profesión era
la de ser maestra. A pesar de las adversidades Jorge Eliecer logra estudiar y titularse
como Doctor en leyes, jurisprudencia y ciencias políticas. Durante sus años de formación “el caudillo” desarrollaría
tres concepciones fundamentales. La primera es su definición del socialismo; la
segunda, su concepto sobre el papel del conflicto en la sociedad, y la tercera,
su noción del pueblo. La tercera de estas fue la más importante. Para Gaitán el
Pueblo estaba constituido por todos los que no tenían propiedades y sólo podían
venderse a sí mismos, y también por los pequeños propietarios obligados a competir desigualmente con los
capitalistas[1].
Gaitán, Llamado “El Jefe” por sus seguidores, era la figura en la
cual se canalizaban los odios y rencores de las clase populares contra lo que
él llamaba la oligarquía conservadora que llevaba las riendas de Colombia desde
finales de siglo XIX. Con frases sencillas, “El Líder” seduce a las masas
hablándoles en una misma jerga con tintes de sarcasmo, mientras que sus
adversarios se dirigen al pueblo con un lenguaje más académico. Son conocidas
frases como "Porque el gobierno colombiano tiene la metralla
homicida para el pueblo y la rodilla puesta en tierra ante el oro americano" o "Pueblo, por la restauración moral, ¡a la carga! Pueblo por la derrota de la
oligarquía, ¡a la carga! Pueblo por nuestra victoria, ¡a la carga!"
Su vida política estuvo marcada por la controversia cuando
ocupo el puesto como parlamentario. Hablaba directamente del asesinato
indeterminado de trabajadores de la United Fruit
Company, causando así una polémica nacional y le hizo valer el título de
“tribuno del pueblo” por defender los intereses de las masas. Por ese motivo se
le considera el primer líder social de Colombia que representa casi todas las
fuerzas políticas a excepción del partido comunista que lo calificaba como
fascista por sus discursos y posturas que les recordaba a Benito Mussolini Curiosamente
sus estudios de doctorado los realizó unos años antes en Italia.
En 1936, y gracias al apoyo del partido liberal,
logra ser alcalde de Bogotá. Entre su plan de trabajo estaba el de hacer una
reforma social que buscara el mejoramiento de las obras públicas, campañas
de higiene y un plan de vivienda para los trabajadores. Otras medidas no
contaron con tanto apoyo como fue el eliminar la ruana y alpargata que eran
vista como desaseo entre la población bogotana, o el intento de uniformar a los
lustrabotas y taxistas. Ante esto Gaitán, con tan solo 8 meses en el cargo es
obligado a renunciar por las continuas protestas que paralizaron el trasporte y
las vías. Gaitán aprende de esta experiencia en el poder y en 1940 ocupa el
puesto de ministro de educación en el cual tiene un mayor éxito generándole un
mayor número de simpatizantes.
En 1946 Gaitán ahora como jefe único del partido
liberal, y con el apoyo de la mayoría de senadores en el congreso, es
considerado unas de las figuras más importantes de la política nacional que
haría oposición el presidente conservador Mariano Ospina. En 1948, campesinos y
líderes liberales son víctimas de una ola de masacres perpetrada por los
conservadores. Conociendo la noticia Gaitán convoca a la población, organizándose
así la marcha de las antorchas y la marcha del silencio. “El líder” no
solamente animaba a la población, sino que también podría silenciarla.
La Muerte y
sus efectos
Juan Roa Sierra |
Finalmente,
el viernes 9 de abril un día de trabajo
como cualquier otro, Gaitán, sale en compañía de sus amigos al edificio
Continental para almorzar, el día estaba gris y lluvioso cuando un desconocido se
le acerca por la espalda con un revolver disparándole a quema ropa en tres
ocasiones a corta distancia. El asesino identificado después como Juan Roa
Sierra, un hombre joven de apenas 27 años
que vivía con su esposa María de Jesús Forero con la que tuvo una hija
llamada Magdalena. Su propia esposa lo definía “como un bobo con arrebatos de
lucidez”[2]
que hacía todo por el amor de María de Jesús que a veces no lo soportaba y recuerda
que en ocasiones se vestía como prócer de la independencia. Ella no sabía exactamente
lo qué motivo a su esposo para cometer
el asesinato, pero al parecer el móvil fue el dinero. Roa Sierra en alguna
ocasión le menciono que iba hacer algo que los iba a sacar de pobres. ver video la muerte
Pero
no fue así, después de propinar los disparos Roa Sierra es capturado por un
policía en medio de una muchedumbre que gritaba ¡Mataron a Gaitán! ¡Mataron a Gaitán!
El cabo que lo capturó a aduras penas pudo desarmarlo y llevarlo a la droguería
Granada para proteger su vida. Inmediatamente las noticias empezaron a correr
diciendo ¡asesinaron al doctor Gaitán!, mientras que el cuerpo del llamado
“jefe” lo llevaban por la calle 12 con carrera sexta. En las calles y casas
todo era preocupación debido a que las autoridades ordenaron a los ciudadanos
no salir de sus casas. Doña Ana Lucía Días de Rodriguez, esposa de un
suboficial de policía, le preocupaba la suerte de su marido. Sin pensarlo dos
veces ella sale al cuartel a buscarlo y encuentra que muchas personas: “estaban
como locos, se metían a robar las panaderías, todo. Algunos salían con bultos a
la espalda y les disparaban. ¿Para qué? Las balas se quedaban en el trigo.”[3] Los liberales se arman
Cuerpo de Roa Sierra arrastrado |
La
radio difundía miedo a sus oyentes y los incitaba a tomar las armas, lo que
tuvieran a su disposición si carecían de alguna arma de fuego. Los periódicos
de la ciudad mandaban a sus corresponsales y camarógrafos para que siguieran la
noticia, Luis de Castro un debutante de reportaría salía a cubrir la noticia y se ontro a la
salida del periódico el Liberal una turba embriagada que se dirigía al Palacio.
Esta marcha se prolongaría por veinte minutos. Al final, después de ciertas
pausas, arrojaron el cuerpo desnudo del asesino contra las puertas del Palacio.
Una de las voces que más impulso a la muchedumbre en esta marcha fue Gabriel
Muñoz Uribe, uno de los primeros gaitanistas
que llego al lugar del atentado cuando el asesino todavía estaba en el
suelo. Castro se encuentra con un colega Hernando Garavito Muños; ambos deciden
ir a la clínica donde habían llevado a Gaitán, mientras veían como la turba
destruía el palacio arzobispal.
Su
visita a la clínica fue inútil ya que no pudieron entrar. Pero en su afán de
buscar la noticia, se dirigieron a la plaza de Bolívar con la mala fortuna de
que al llegar las fuerzas armadas disparaban un sin fin de ráfagas contra la
muchedumbre. Mientras tanto Castro y su
colega, con mucho sigilo y aprovechan para tomar fotografías de estos hechos. Muy
cerca de ellos los acompañaba otro fotógrafo que respondía al nombre de
Parmenio Rodríguez. La fortuna no estaba del lado de este hombre ya que “una
bala de fusil atravesó el abrigo del fotógrafo, rompió el visor de la cámara y
perforó la arteria femoral.”[4]
El impacto de la bala fue serio, y aunque fue llevado a la clínica no pudo
sobrevivir. A pesar de la destrucción de la ciudad las acciones de estos
reporteros permitieron que El Liberal pudiera circular al día siguiente. Con
las horas la magnitud de la catástrofe en la capital era cada vez más evidente.
“Bogotá pasó de ser una ciudad colonial, con vestigios republicanos, a una urbe
caracterizada por la muerte, el polvo y los escombros”[5]
Curiosamente, la destrucción de la ciudad sirvió para que se levantara una
nueva urbe con grandes edificios, con lo cual muchos bogotanos afirmaban que su
ciudad ahora entraba a la modernidad. Tal vez este pensamiento era en el fondo
un intento por olvidar aquel suceso que marco profundamente la vida de muchos
ciudadanos del común.
4: ANTES DE LA TORMENTA
Guerrilas Liberales del Llano |
Antes del colapso que sufrió el orden publico del país aquel 9 de
Abril de 1948, fueron muchos los sucesos que se presentaban en el territorio
nacional. Las riñas entre los Conservadores y los Liberales no cesaban en el
país y se sentía un “olor a muerte” durante los primeros días del mes de Abril.
En Popayán el periódico El Liberal comentaba en sus páginas aquellos sucesos
que enmarcaban la cotidianidad del país en esos momentos:
“no sabemos cuándo resuelva el señor Ospina
Pérez normalizar el funcionamiento de la administración pública y devolver la
paz y la tranquilidad a los hogares de
los liberales colombianos, tan falazmente ofrecidas en reiteradas promesas juramentadas.
Desde que se inicio su gobierno no ha habido sino desgreño en lo económico,
caos en lo fiscal, desorientación en lo social, persecución, matanzas y
atropellos en lo político y absoluta inestabilidad en lo puramente
administrativo”
EL Liberal
1 de Abril de 1948
“Violencia y
Anarquía
Como este, fueron muchos los
percances que ocurrieron durante el mandato de Ospina, del cual El Liberal expresaba
profundas inconformidades: “…mientras el
presidente se ocupa en sus generosas y frecuentes atenciones sociales la sangre
de los liberales se derrame impunemente en muchas regiones del territorio
patrio”. Los graves episodios de esos días, e incluso durante los años
anteriores, entre los únicos dos partidos políticos de nuestro país, en ese
entonces, demuestran que no fueron más que dos “ametralladoras” que acababan
con la vida de las personas.
Gremio de emboladores, uno de los más organizados en la década del 40 |
“se prohíbe el paralelismo sindical en una
misma empresa, es decir, la coexistencia de dos o más sindicatos de
trabajadores”
El Liberal
“La Unidad Sindical”
4
de Abril de 1948
Este
artículo buscaba disolver la unión de los sindicatos obreros para evitar los
movimientos divisionistas y los antagonismos gremiales, lo cual, desde luego, osa
no les convenía a los conservadores para sus propósitos de gobierno. Por
último, hay que mencionar que los conflictos entre ambos partidos no solo eran asunto
de la calle. El querer reunir todo el poder en un solo bando para no tener
dificultad a la hora de tomar decisiones era otro aspecto importante.
“la campaña de los conservadores por
hacerse a todas las posiciones oficiales, continua implacablemente en todo el
país. La persecución contra los elementos de nuestro partido no tiene control,
aunque para llevar a los cargos oficiales sea necesario utilizar los servicios
de personas incompetentes o de menores de edad. En esta ciudad cada día que
pasa registra nuevas destituciones. Y la obra de la persecución principia en
proyectarse en la administración de correos…”
El
Liberal
7 de Abril de 1948
“Nuevos Recursos de los Conservadores
Para Destruir a Liberales”
De
esta manera se realizaban los cambios de administración en los edificios
públicos, donde se buscaba, por parte de los conservadores, tener todo el poder
en el ámbito público. Más de 60 años después, y contando con una amplia
bibliografía, los sucesos del 9 de abril de 1948 demuestran a todas luces como
la historia colombiana ha sido constantemente considerada una historia de
ruptura y resquebrajamiento, más que de paz y reconciliación. Además, a partir
del Bogotazo también cambio. Las crueles luchas ocurridas en el periodo de La
Violencia ya no tenían ningún valor especial, eran luchas sin sentido.
[1] 1: Braun, Herbert, Mataron a Gaitán, Primera edición, Bogotá: Aguilar, Altea, Taurus,
Alfaguara, S.A, 2008, P.107
[2]
Son cosas poderosas que no puedo decir http://s3.amazonaws.com/elespectador/files/especiales/gaitan/gaitan.html
[3]Por
su muerte echaron a mi esposo http://s3.amazonaws.com/elespectador/files/especiales/gaitan/gaitan.html
[4]
En: “reportero del bogotazo” http://s3.amazonaws.com/elespectador/files/especiales/gaitan/gaitan.html
[5]
En. “Escombros del pasado” http://s3.amazonaws.com/elespectador/files/especiales/gaitan/gaitan.html